La paridad está en juego
El Gobierno de Michelle Bachelet, después de un año de trabajo, se sumerge en medio de una crisis política producto de programas sociales mal ejecutados y la mala dirección en momentos de crisis. Esto llevo a la presidenta a publicar este fin de semana en el diario El Mercurio, una declaración en la que intenta resarcir los principios de su gobierno encarando las críticas que han llegado esta vez no solo de la oposición, sino del oficialismo.
La presidenta ya no cuenta con un gabinete ministerial que sale a defender los proyectos de gobierno, ahora es ella la que debe salir al frente de cada crisis, agotando así lo que debe ser una ultima instancia. La carta del domingo no es más que la constatación de aquello, en donde no se observan planteamientos concretos ni acciones que permitan confiar en la realización de propuestas que involucren activamente a la sociedad. Por el contrario, la ensoñación a que se somete su discurso es un recordatorio de los pilares en los que se basa su gobierno, y así lo propuso en su campaña. Ella se justifica, no evalúa ni construye.
Chile es un país conservador y no va a perdonar que Bachellet haya desperdiciado la oportunidad que el pueblo le entrego, lamentablemente esta cuestión de genero pasará la cuenta a futuras candidatas que se perfilen para las próximas elecciones, ya que la mano de la mandataria no ha sabido dirigir a un equipo de ministros que encaren por si solos las resoluciones de cada cartera, no son protagonistas ni defensores de la propia consolidación de gobierno. Sin duda esto ha hecho que la oposición encuentre la mejor posibilidad de impulsar rostros que se hagan visibles en momentos de crisis.
Bachellet la primera mujer presidenta en la historia de Chile, a un año de gobierno, nos mantiene en un estado de ensoñación que vacila en lo posible, y esta debilidad ciertamente mermará los deseos de algunos partidos políticos de postular a una mujer presidenta para el 2009. Los ánimos machistas de nuestra sociedad no permitirán fácilmente que Chile de el paso que necesita hacia la paridad de género que este gobierno ha intentado introducir, ya que ante la crisis, la mano femenina tiembla y recurre al sentimentalismo maternal que ha caracterizado a la mandataria.