Interpretación del texto de Roberto Guimaraes “Tierras de sombras: desafíos de la sustentabilidad y del desarrollo territorial y local ante la globali
Para el autor la modernidad no ha renunciado a las antiguas formas de someter e invadir a los pueblos, hoy con la poderosa maquinaría que representa la economía mundial y los organismos globales de organización como el Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercial, Bretton Woods, realizan las mismas prácticas de dominación sin dar solución a problemas claves para la humanidad como lo es la pobreza, herramienta con la cual probablemente se sostenga la hegemonía de las clases realmente dominantes.
Gran responsable de la divulgadora doctrina del capitalismo ha sido la modernamente llamada globalización, que disfrazada con elementos culturales, ha permitido que la falsa sensación de bienestar se transforme en el status quo de la sociedad, permitiendo la complicidad de advenimiento de que las cosas están bien.
Según el autor el deterioro de las clases sociales caídas en la pobreza tienen directa relación con el problema medio ambiental, cuestión que, haciendo uso de la globalización, nos ha permitido caer en cuenta del estado real de las cosas. El autor comenta al respecto: es más, ha sido el proceso de globalización que, por primera vez, ha revelado el acierto de afirmar que la historia del ser humano es la historia de sus relaciones con la naturaleza y que, además, nuestras vidas se han fragilizado por igual, ricos y pobres, Norte y Sur, aunque las posibilidades de supervivencia estén supeditadas a notables diferencias de acceso al poder y acceso a recursos y procesos naturales. Se pude establecer un paralelo con la teoría expuesta por U. Beck en “los de arriba y los de abajo”.
Surge entonces la necesidad de establecer políticas medio ambientales que logren mejorar la relación con la naturaleza y con las sustentabilidad. Se hace patente para el autor la intervención de la Ecopolítica, una forma de institucionalizar al poder con la regulación del consumo de recursos. La instauración de un marco teórico en nuestra toma de decisiones económicas y políticas. La directa relación entre el aumento de la explotación de recursos con el aumento de la población, se ve agravada cuando se mezcla con sociedades en donde la distribución de la riqueza solo va en detrimento de la poblaciones aumentando los niveles pobreza. La ecopolítica debe ir con el discurso de la sustentabilidad y como plus, la intervención en temas sociales para dar solución mediante políticas ecológicas institucionalizadas de la cuestión de la pobreza.
La ecopolítica sumado al papel preponderante que ha tenido la globalización en las últimas décadas, obliga a pensar necesariamente en una revitalización del rol del estado, asumiendo un rol que garantice el equilibrio en la explotación de recursos y la intervención de modelos sustentable de producción. Ya sabemos que el modelo capitalista urge en depravar rápidamente todas las fuentes de recursos primarios tan abundantes en países tercer mundistas (sub desarrollados según la terminología neoliberal), la vuelta a un socialismo igualitario puede resonar en las oídos de muchos como el fantasma de los viejos comunismos proletarios, pero las cadenas de producción actuales pueden ser previstas bajo la intervención del estado en todas sus dimensiones.
Dentro del las filosofías progresistas, el ambientalismo representa hoy la resistencia a la modernidad del consumo cien años mas tarde, y no es por que ser ambientalista esté de moda, sino que para frenar la depredación de las materias primas es necesario un viraje en los estilos de vida, algo que profundice en las razones del capitalismo moderno y frene las ansias por adquirir y dejarse de llevar por los estilos de consumo emocional que existen hoy por hoy (G. Lipovetsky).
El autor sitúa su posición anti sistémica al reflexionar ante la posibilidad de ir un paco más allá de la política, sabiendo que el discurso por la sustentabilidad no está direccionado a las sociedades sino a las personas mismas, al ciudadano, al consumidor, sencillamente aplica su doctrina al modo de cambiar “la política”, en concordancia con la sentencia de U. Beck “nuestro destino es tener que inventar de nuevo lo político.
La diferenciación entre desarrollo sostenible y redesarrollo sustentable es fácil de percibir cuando damos cuenta que el desarrollo no se puede sostener bajo políticas de consumo depredadoras y de desgaste con las materias primas, a diferencia de la sustentabilidad que busca la explotación de los recursos con el cuidado de conservar las riquezas para las futuras generaciones (G. Brundtland). El desarrollo pensado desde el punto de vista sostenible es un imposible ya que no se pueden separar de él, el crecimiento simbiótico de pobreza y degradación ambiental. Esta diferenciación es llamada por el autor sustentabilidad ecoambiental.
La función del estado ha sido mermada por las condiciones que impone la globalización y la red mercados capitalistas, así entendido, los términos económicos que funcionan con las lógicas neoliberales son difíciles de vulnerar bajo la perspectiva ambientalista. La función de la ecopolítica y el uso que esta haga de los medios de comunicación serán de vital importancia para refundar el imaginario político y reencantar a la ciudadanía bajo terminose éticos que consideren la justicia social en los términos de justicia productiva y justicia distributiva. Es una vuelta de modelo y la instauración de un nuevo paradigma que considere la sustentabilidad como el horizonte de preservación de la raza humana.
Gran responsable de la divulgadora doctrina del capitalismo ha sido la modernamente llamada globalización, que disfrazada con elementos culturales, ha permitido que la falsa sensación de bienestar se transforme en el status quo de la sociedad, permitiendo la complicidad de advenimiento de que las cosas están bien.
Según el autor el deterioro de las clases sociales caídas en la pobreza tienen directa relación con el problema medio ambiental, cuestión que, haciendo uso de la globalización, nos ha permitido caer en cuenta del estado real de las cosas. El autor comenta al respecto: es más, ha sido el proceso de globalización que, por primera vez, ha revelado el acierto de afirmar que la historia del ser humano es la historia de sus relaciones con la naturaleza y que, además, nuestras vidas se han fragilizado por igual, ricos y pobres, Norte y Sur, aunque las posibilidades de supervivencia estén supeditadas a notables diferencias de acceso al poder y acceso a recursos y procesos naturales. Se pude establecer un paralelo con la teoría expuesta por U. Beck en “los de arriba y los de abajo”.
Surge entonces la necesidad de establecer políticas medio ambientales que logren mejorar la relación con la naturaleza y con las sustentabilidad. Se hace patente para el autor la intervención de la Ecopolítica, una forma de institucionalizar al poder con la regulación del consumo de recursos. La instauración de un marco teórico en nuestra toma de decisiones económicas y políticas. La directa relación entre el aumento de la explotación de recursos con el aumento de la población, se ve agravada cuando se mezcla con sociedades en donde la distribución de la riqueza solo va en detrimento de la poblaciones aumentando los niveles pobreza. La ecopolítica debe ir con el discurso de la sustentabilidad y como plus, la intervención en temas sociales para dar solución mediante políticas ecológicas institucionalizadas de la cuestión de la pobreza.
La ecopolítica sumado al papel preponderante que ha tenido la globalización en las últimas décadas, obliga a pensar necesariamente en una revitalización del rol del estado, asumiendo un rol que garantice el equilibrio en la explotación de recursos y la intervención de modelos sustentable de producción. Ya sabemos que el modelo capitalista urge en depravar rápidamente todas las fuentes de recursos primarios tan abundantes en países tercer mundistas (sub desarrollados según la terminología neoliberal), la vuelta a un socialismo igualitario puede resonar en las oídos de muchos como el fantasma de los viejos comunismos proletarios, pero las cadenas de producción actuales pueden ser previstas bajo la intervención del estado en todas sus dimensiones.
Dentro del las filosofías progresistas, el ambientalismo representa hoy la resistencia a la modernidad del consumo cien años mas tarde, y no es por que ser ambientalista esté de moda, sino que para frenar la depredación de las materias primas es necesario un viraje en los estilos de vida, algo que profundice en las razones del capitalismo moderno y frene las ansias por adquirir y dejarse de llevar por los estilos de consumo emocional que existen hoy por hoy (G. Lipovetsky).
El autor sitúa su posición anti sistémica al reflexionar ante la posibilidad de ir un paco más allá de la política, sabiendo que el discurso por la sustentabilidad no está direccionado a las sociedades sino a las personas mismas, al ciudadano, al consumidor, sencillamente aplica su doctrina al modo de cambiar “la política”, en concordancia con la sentencia de U. Beck “nuestro destino es tener que inventar de nuevo lo político.
La diferenciación entre desarrollo sostenible y redesarrollo sustentable es fácil de percibir cuando damos cuenta que el desarrollo no se puede sostener bajo políticas de consumo depredadoras y de desgaste con las materias primas, a diferencia de la sustentabilidad que busca la explotación de los recursos con el cuidado de conservar las riquezas para las futuras generaciones (G. Brundtland). El desarrollo pensado desde el punto de vista sostenible es un imposible ya que no se pueden separar de él, el crecimiento simbiótico de pobreza y degradación ambiental. Esta diferenciación es llamada por el autor sustentabilidad ecoambiental.
La función del estado ha sido mermada por las condiciones que impone la globalización y la red mercados capitalistas, así entendido, los términos económicos que funcionan con las lógicas neoliberales son difíciles de vulnerar bajo la perspectiva ambientalista. La función de la ecopolítica y el uso que esta haga de los medios de comunicación serán de vital importancia para refundar el imaginario político y reencantar a la ciudadanía bajo terminose éticos que consideren la justicia social en los términos de justicia productiva y justicia distributiva. Es una vuelta de modelo y la instauración de un nuevo paradigma que considere la sustentabilidad como el horizonte de preservación de la raza humana.
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