Señales para un nuevo tiempo o un paradigma en construcción.
Nosotros los seres humanos hemos sido puestos en este planeta como individuos dotados de vida, conciencia, memoria y sentidos, capaces de construir y de sobrevivir a los vicisitudes del tiempo y su largo transcurrir, pero estamos sometidos a un reto difícil de sobrellevar, no estamos solos, debemos convivir con otros individuos semejantes y peor aún, con las mismas capacidades.
El surgimiento de la convivencia como principal obstáculo para el desarrollo de una existencia individual hizo imposible concebir una forma de cohabitación que hiciera posible la existencia con nuestros pares. La cohabitación permitió el desarrollo de comunidades que funcionaron en pro de la subsistencia del grupo en donde los niveles de poder eran marcados más por la sabiduría expresada en la ancianidad que por la ley del más fuerte. Era obvio para estas mentes poco desarrolladas que la experiencia que dan los años necesariamente se impone a la ley del garrote y los conocimientos adquiridos mediante la necesidad de obtener el alimento y la seguridad era predominante ante una solución de fuerza y de brutalidad en donde los únicos indicios de muerte era para los individuos mas débiles y con menor posibilidad de subsistir físicamente entre las inclemencias que ofrecían las tempestades o los ataques de bestias aun no domesticadas.
Pareciera ser la fotografía de un mundo humanizante sobre aquel que en actualidad nos ha tocado vivir.
Siglo XX
Acaso el siglo más bestial de todos, en donde el ser humano arrasa con su prójimo por querer obtener el poder y desconocer la convivencia por la subsistencia como antaño. Las fuerzas de organización ahora son demarcadas por lo que llamamos políticas o gobiernos que están a cargo de la dirección de los pueblos, han creado sistemas de identificación planetaria que llevan a los pueblos a determinarse entre capitalistas o socialistas, unos llevados por el aumento del poder económico y otros por la igualdad social entre los habitantes del planeta. Lo cierto es que ni uno ni lo otro, desde la perspectiva moderna no se puede dar creencia a que la supremacía de ambos modelos políticos pueda ser llevadero en un futuro próximo. La ley del más fuerte fue ya sometida a juicio durante la guerra fría y los resultados dieron por vencedor a un sistema capitalista que ha llevado a la humanidad a convertirse en depredadora furtiva de su contraparte. El poder del dinero ha sido cimentado desde que se creo la propiedad privada. El ser humano siempre quiere más.
Nuestro siglo se ha caracterizado por el gran avance tecnológico determinado por el desarrollo de la industria y últimamente de los sistemas especulativos que mueven grandes capitales, todo esto genera ganancias dirigidas por corporaciones que persiguen el enriquecimiento como medio de subsistencia, lamentablemente este sistema no permite que los beneficios del enriquecimiento lleguen en forma equitativa al común de la población, los gobiernos se empeñan en crear políticas sociales que tiendan a la equidad económica, inversión en salud y educación, en la construcción de obras públicas, en la creación de leyes que otorguen la seguridad del empleo. Al señalar estas características podemos distinguir dos modelos evidentemente distintos, por una lado aquel que pretende lograr el enriquecimiento para generar mayores recursos a fin de ser invertidos dentro del mismo sistema y así hacerlo auto sostenible, y por otro, orientado a normar y generar recursos para el bienestar de la población en general. Los estudios actuales acerca de la realidad les dan la denominación de “Neoliberalismo (la nueva derecha)” y “Socialdemocracia clásica” (vieja izquierda)” (1).
1.- Anthony Giddens “la tercera vía”, Trad. Pedro Cifuentes, ed. Santillana, 2000.
Los sistemas de organización de la población tienen un común denominador, desde las civilizaciones mas primitivas hasta las mas sofisticadas, ambas conforman un espacio territorial, un pasado en común, un lenguaje y costumbres que los hacen identificables, la organización basada en la entrega de soberanía a ciudadanos representantes de la población, un sentimiento de pertenencia que no es reconocido en forma conciente, si no que crea una identidad que arraiga valores y sentimientos comunes que arroja como consecuencia el hacerse identificables entre si, nace así la conceptualización de nacionalidad. Un concepto que reúne, atrae, relaciona, protege.
Pero, toda multitud con arraigo hacia el sentimiento nacional tiende a caer en el caos si no existe una jerarquización que permita la organización de la población a nivel macro. El concepto de estado semánticamente provoca la idea de separación, de distanciamiento, de obligación, de repudio, de contradicción entre la sociedad que debería buscar alguna explicación que permita dar cuenta de tal situación. El estado nos dirige dada la representatividad y soberanía que históricamente le hemos otorgado, pero el problema semántico esta enraizado en los constantes cambios que ha sufrido la humanidad en especial en nuestro siglo. Podemos distinguir, considerando la historia, tres momentos en la concepción de estado, un momento de plena identificación de las naciones con el estado, un momento de crisis entre estado-nación y un tercero de resurgimiento de identificación nacional con el estado.
Estado-Nación
Las señales que entregan los signos de la modernidad nos permiten reconocer el resurgimiento de una nueva concepción de estado nación. Los signos a reconocer son:
· EL agotamiento del sistema neoliberal
· El enriquecimiento de un solo sector social
· Conflictos bélicos con intereses económicos sobre intereses humanitarios
· La cuestión ambientalista
· La globalización desarrollada solo en ámbito económico
· La renovación social demócrata como alternativa del capitalismo
· El surgimiento de movimientos sociales críticos del sistema
· El surgimiento de un nuevo modelo de ser humano
· La conciencia de que otro mundo es posible
Los tres momentos individualizados anteriormente se distribuyen de la siguiente manera:
Pre Guerra fría: Periodo durante el cual el estado nación estaba envestido con todos los poderes que permitían interferir en la economía, crear empresas que permitiesen la explotación de los recursos naturales a gran escala, manejar el mercado y obtener recursos para un gran gasto destinado exclusivamente a la inversión social y al mantenimiento de sus FFAA, estas son características mas menos a fines a las grandes potencias de aquella época, Estados Unidos, Gran Bretaña, URSS, Francia. Si bien es cierto las ideologías políticas entre una potencia y otra son marcadamente distintas, las maneras de ejecutarlas para obtener los fines últimos son casi los mismos, el estado de bienestar hacia prevalecer el bien social sobre el bienestar económico asegurando la salud, educación, empleo, construcción de grandes obras, y la urbanización de las grandes ciudades que hasta entonces había soportado la migración del campo a las ciudades productos de la gran industrialización. Todos estos factores eran controlados por el estado y la sociedad toda así lo entendía, el estado parecía entonces asociado, cercano, protector, una institución a la cual se podía recurrir, se suma a esto el surgimiento de líderes carismáticos que tuvieron gran influencia en la población.
El mundo de los 50 era eminente nacionalista, todas sus políticas tenían como horizonte la protección y el bienestar de los individuos que habitaban en cada nación, el sentido de pertenencia era equivalente al de identidad, en donde la construcción de un sujeto social estaba determinada por la historicidad y la cultura que ejercían las relaciones sociales en aquella época. La finalización de la segunda guerra estaba recién pasando por el umbral de la historia, con ella era inminentemente importante la precomposición de las redes sociales rotas por las muertes de millones de personas, las sociedades europeas se vieron en la disyuntiva de reconstruirse a si mismo y poder crear conciencia en que un nuevo conflicto de tal envergadura era absolutamente inútil. En estos términos es importante señalar en caso de Alemania y Francia, la primera destruida y sometida luego de la segunda guerra, y la segunda arrasada y saqueada durante la ocupación de los alemanes. Esto no fue obstáculo para que Francia y Alemania fuesen los primeros asociados política y económicamente luego de la segunda guerra, importante fueron los acuerdos en materia de energía el uso del carbón y el acero como elementos que dieron pie a la renovación de ambos países, situación establecida por lo que hoy conocemos como Tratado de CECA (Comunidad europea del carbón y el acero), cuyos ideólogos fueron Robert Schuman y Jean Monnet, a quienes también se les reconoce como los fundadores de la Unión Europea (UE). Esta unión aparentemente anti nacional, ya que se necesita la presencia de un segundo país para la realización material del proyecto, surge como solución a un problema de primera necesidad para la población de ambos países, era la reconstrucción de ambas naciones y el despegue de las economías para la vuelta a la recomposición de un individuo nacional y renovado.
Crisis del estado nación: al pasar al siguiente elemento de nuestro análisis, la crisis, debemos identificar a las potencias ideológicas y económicas que pujaron por obtener la hegemonía mundial en materias globales, nos referimos a Estados Unidos y la URSS.
Esta pujanza hacia la hegemonía es la que hoy llamamos guerra fría, cada nación era poseedora de su propia ideología Estados Unidos fiel a las normas capitalistas fundadas por la ideología neoliberal y la URSS poseedora de una ideología marxista que sobrepone al hombre por sobre el dinero. La primera era participe de políticas en donde el estado velaba por el cumplimiento de las leyes y regulaba las normas de juego para la creación de negocios y empresas, pero no interfería a estas, haciendo que la banca se auto regule y crezca en equidad a los niveles de reinversión que ella misma procuraba. La segunda ejercía una paternalidad en todos los ámbitos, las empresas eran estatales y los precios eran regulados por el estado. Esto es a modo de descripción la situación de ambas potencias.
El progreso de los medios de comunicación permitió la rápida difusión de estas ideologías a través del arte, del cine, de la información direccionada o intencionada, que mostraba los beneficios de unos y los maleficios de otros, el sujeto social debía elegir al bando con el cual se identificaba, esto no solo se dio a nivel individual, sino que a nivel político los gobiernos se veían en la obligación de definir hacia que tendencia debían jugar. El mundo estaba dividido en dos, los del bloque socialista y los del bloque capitalista.
La lucha intelectual se daba ahora en pequeños focos de conflictos bélicos, por un lado la URSS apoyaba ciertos movimientos revolucionarios en Latinoamérica que tenían abierta oposición a las ideologías de E.U. por ejemplo los conflictos de Cuba y Nicaragua, y por otro la intervención de E.U. en el financiamiento de golpes de estados a manos de militares en gobiernos socialista con abierta simpatía al modelo soviético, por ejemplo los golpes militares en Chile, Argentina y Uruguay.
Bajo esta nueva manera de concebir al mundo la concepción de estado nación debe reformularse en base a los intereses de ambas potencias, destruyendo así la autonomía arraigada en elementos culturales qua hace identificarse al hombre con nuevos parámetros impuestos por las ideologías reinantes, cierto es que la función del capitalismo favorece al emprendedor que mediante el trabajo crea su propia seguridad social antes delimitada por el estado, pero conlleva que las riquezas de un país no se distribuyan equitativamente entre los habitantes de una misma nación, así tanto, las intervenciones económicas de los países desarrollados y capitalistas se hacían mayores sobre aquellos otros que poseían gran riqueza de materias primas que fueron vendidas a muy bajo precio no permitiendo el retorno de ellas sino como producto manufacturado a un precio mucho mayor. En cambio los sistemas socialistas permitían y apoyaban la incursión armada llegando a entregar a los nuevos regimenes socialistas armamento y apoyo económico.
Está guerra fría ideológica primero y bélica después termino con la caída de la URSS, cuestión que ha sido largamente estudiada y discutida entre sociólogos e historiadores que echan la culpa al mal manejo de los políticos rusos o al agotamiento y a la corrupción que le significo los largos periodos de gobierno bajo unos pocos gobernantes. No es motivo de análisis para esta investigación el dirimir las circunstancias de esta, solo establecer que este crucial acontecimiento despejo el camino de E.U. para ganar la hegemonía a nivel planetario y permitir así el surgimiento del neoliberalismo como un movimiento llamado actualmente globalización.
Resurgimiento de identificación nacional con el estado:
Entramos a un punto de conflicto ya que en los dos momentos anteriores los paradigmas que dominaban la historia eran establecidos por reconocidos factores políticos y sociales, el sujeto social podía establecer sus bases de conocimiento y de cultura por modelos reconocibles y poderosos, pero al establecer un tercer momento de surgimiento del estado nación no podemos mas que inferir y conjeturar, dado que los paradigmas no son los mismos. Reconociendo este antecedente y conjeturando poder vislumbrar el surgimiento de un nuevo paradigma, uno que allane la equidad social y que permita la autonomía de los estados, a la reconciliación de las naciones con sus estados.
Si bien es cierto que el poderío de los E.U. han permitido a este ser el único país realmente globalizado, extendiendo su ideología y su economía por todo el globo, además de autodenominarse la policía del planeta, en donde se da carta blanca para la intervención militar en aquellos países que el considere en conflicto con sus intereses. Manteniendo su economía interna como una poderosa máquina que crece y crece cada año, y en donde los ingresos per cápita no son comparables con ninguna otra nación, debemos reconocer que el sistema capitalista ha sido realmente exitoso en sus propias fronteras, no así en el resto del mundo.
La globalización es un fenómeno moderno que no ha considerado como elemento intrínseco a ella la humanización, el sistema neoliberal ha sido fuertemente criticado ya que las empresas capitalistas persiguen la máxima de desarrollarse en base a sus ganancias y no en base a sus empleados, es así que el sujeto social se debe a su trabajo y no ha si mismo, la vida familiar queda en segundo lugar ya sea por el factor tiempo o por el factor dinero.
El factor ecológico como signo de la modernidad nos remite a la falta de respeto que el desarrollo ha tenido frente a la naturaleza, la creación de empresas que arrojan al aire o al agua los desperdicios de sus procesos productivos han deteriorado el medio ambiente de tal manera que los gobiernos han tenido que intervenir para plantear leyes que resguarden los ecosistemas, esto solo con el objetivo de impedir la muerte de la población como consecuencia de la contaminación. Hay que hablar también del crecimiento de las ciudades de manera desordenada y sin ningún tipo de plan regulador que permita la conservación de áreas verdes que oxigenen las ciudades y den lugar la reencuentro de las familias en espacios limpios y sanos que permitan el normal desarrollo de la población infantil y la tranquilidad de la población senil. La supremacía de la proliferación del capital ha ganado a la proliferación de lo natural como modo sano de vivir.
El surgimiento que movimientos sociales con un fuerte carácter crítico hacia el modelo existente es otra señal que no hace otra cosa que demostrar el descontento de la población, el planteamiento de nuevas formas de gobernabilidad y de hacer políticas, teniendo al hombre como principal objetivo y no al capital demuestran el surgimiento de este nuevo paradigma. Ahora estos movimientos han aprovechado la globalización y permiten implantar el concepto de humanización.
La cuestión del resurgimiento del estado nación nace de la sospecha que entregan los signos señalados al comienzo de este capitulo. La situación capitalista ha llevado a las naciones mas pequeñas como la nuestra (Chile), y otras, a firmar tratados de libre comercio en donde las condiciones de negociación sean de igual a igual, no con la disparidad que se imponían las compañías con un carácter unilateral demarcado fuertemente. Las condiciones impuestas para salvaguardar la producción interna demuestran que el estado nación aun funciona, la permanencia de los ejércitos no hacen mas que reestablecer la seguridad que nuestros limites nacionales no serán violados, la consolidación de las democracias hacen que esta nueva reestructuración pueda ser factible en cuanto los sistemas políticos reconozcan que no es valedero hacer gobierno desde una derecha o una izquierda, mas bien podríamos llamarlos tercera vía (Guidenns), estado nación de bienestar, o un estado con características humanizantes. Se de el nombre que sea es necesario que esta concepción de estado se le entreguen poderes necesarios para reinvertir el sistema y hacer intervención en las empresas del tamaño que sean, en donde la concepción del trabajador sobre el capital sea la máxima de toda política empresarial. Y además que estas devenguen para poder reinvertir en políticas sociales de mayor efectividad.
El sujeto social debe reinventar su cultura y aprovechar las relaciones sociales que lo sustentan para comenzar a exigir el derecho a la justicia social, y a la mayor participación en lo que el mismo produce en beneficio propio y de sus familias. El estado debe ser el garante de la práctica de políticas mas humanas y justas, en paz con nuestro medio ambiente y con nuestros vecinos, dejar caer al capitalismo y cambiar el paradigma histórico por un nuevo paradigma en construcción.
El tiempo aun es poco, es imposible conceptualizar ni mucho menos definir los factores que harán posible tal viraje, pero las señales están, la historia nos obliga, y nuestras conciencias lo necesitan.
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